Montag, 7. Januar 2008

40 Ft

Bajo el sol del camino me vuelvo viejo,
y la lluvia me trina en mil pestañas.

Añejo como la herrumbre
de las comisuras de tus labios,
todo se vuelve amargo
y rompe en carcajadas
como ceniza en boca ajena;
que no me llame ni Dios
cuando me den puntapiés en la boca
que me olvida en una caja de zapatos,
si no me callo yo no se calla nadie.

Y de nuevo soy aquel retazo de los años,
corto como los tallos de tus campos,
cabrón como los mares en verano,
y triste como nadie,
loco,
que obedece a tus sueños
y se larga a recorrer tu piel, en la suerte
de los meses tachados en el calendario.

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