Sonntag, 27. Januar 2008

Varsovia

No hay un mantel sobre la mesa,
hay sendas rojas
que van y no vienen,
y enfrente una ventana.

Es el simple gesto de mirarme.

Es la alcoba
desde la que lo contemplamos todo
hasta que anochece y dormimos.

Unas calles que se iluminan.

Una pizca de cemento y sangre;
un poco de pan,
y un poco de pólvora.

Para mi una balsa,
que quiero huir por su río
y perderme;
voy a morirme en sus memorias,
una cruz gamada

de inviernos
y tranvías descarrilados.

1 Kommentar:

KrissMe hat gesagt…

Hay veces en las que no puedo evitar bajar la mirada. Pero no dejo de pensar en todo lo que vimos juntos.

En ocasiones, sonrío solamente para mis adentros, y sigo pensando en lo que me hiciste reír.

Llámame cuando puedas. Me gusta la entrada.