Mittwoch, 2. Januar 2008

XXX

XXX

Un sinfín de rieles son
de madera atolondrada,
y más raíces para masticar
en el bosque,
que es tu viveza.

Ahí abajo
ya no quiero migas descompuestas,
ni nalgas relucientes, ni nada;
sólo un temblor naciente
que mastique a mis pulmones
y a lo que sólo llamo eso, corazón,
cuando salga el sol
entre el rocío del fango
acojonado por tus pisadas,
mientras te diriges a nuestro río,
a quitarte la vida,
sin habernos llorado
una última vez.

Un sinfín de rieles son
de madera atolondrada,
y más raíces para masticar
en el bosque,
que es tu viveza,
que es donde ya no puedes verme.

Keine Kommentare: