Freitag, 21. Dezember 2007

XXI

XXI

La viuda viste de rojo.
Anda que no es puta la viuda ni ná.
La viuda de tus faldas,
cual banderas ondeando
al viento de poniente.

Y cogeré al mundo
y me las cargaré a todas
antes de encontrarte a tí.
Porque simplemente es así,
cariño.

Viudas son de sentimientos
hastiados, sin ceguera,
para ver los corazones
de los vagabundos de amor
que se pierden en su hoguera;
las velas sin cera,
de polillas,
de orgasmos fríos,
de colofón y
de dolor.

Al alba, te aseguro viuda mía,
no me encontrarás en tu boca,
a esa hora ya estarás tú
en la de otro,
ya toca;
y ya no sabrás más de tontos,
de amores que fueron mierda,
ni de hadas,
ni del sol que aprieta,
tanto que hasta me muero
entre tus balas,
tan jodidamente quietas,
esperando a cuando me ves tragar
como cristales,
el olvido.

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